Wednesday, October 29, 2008

LOS ESCOMBROS




El día me había visto trastabillar en varias oportunidades, estaba cansado, el otoño había ganado espacio, añoraba que la jornada de trabajo se terminara para reencontrarme con mis viejos hábitos, pasar al supermercado, llegar a casa, salir a tomarme un café a mi bistró preferido, seguir leyendo a Hemingway, responder los mensajes telefónicos, preparar los cursos, en el fondo, la rutina



En un acceso de locura temporal, me adentro por los senderos del web a la velocidad medida en nanosegundos, cuantos nanocosas hay en una pulsación del corazón?, no importa, lo que importa es que haya pulso, ok, vuelvo a mis cacerola, como decía, me adentro en el web, siempre con el temor de no encontrarme en el buen lugar, con la sensación de perder algo en el camino

En un instante preciso, eterno quizás, comienzan a pasar ante mi alma rostros de mi preadolecencia, obreros de mi reconstrucción, en la mano de cada uno de ellos había un pedazo de mi vida, de esa que deje tirada en mi huida por entre los alambrados, eso pedazos que deje tirados en los rincones de un cajón , pude reconocer, pedazos de amor, resto de recuerdos, una punta de caricia, una viajera que partió al cielo temprano, otro tenía en sus manos todas las risas acumuladas, por el rabillo del ojo vi también las lagrimas derramadas por amor y otras cosas.


El gesto de Astrid (bendito gesto), me tomo de la mano y me arrastro por los corredores del saber liceano, siempre insaciable, me sentó en cada banco de un icono, me hizo sentir las batallas de una fiesta de la primavera por aquí, una huelga por allá, y una toma también!!!!! (creo que uno de los gestos más osados de mi vida, aparte de decirle a alguien que la amaba), un incomprensible curso de filosofía, un beso robado al lado del camelio, otro al lado del nogal, quise identificar los soldados, y me di cuenta que el olvido casi se llevo la mitad, yo no sé cuánto tiempo pase acurrucando mis recuerdos, lo que se, es que la noche se adentro temprano y salte al tren de la adolescencia como un polizonte , un viaje de 40 anchos anos me separan de esas fotos, si miro hacia atrás, los escombros comienzan a frotarse a la cita amical


Algunos me sentencian, acéptame solo si te recuerdas de mi (Rivera) !!!!, otros me dicen simplemente que están contentos de saber de mi vida, y yo estoy contento de saberme su sombra.

Una vez que sacamos el pasaje solamente de ida, y que la vida nos ofrece gratuitamente, comenzamos una caminata, larga o corta, en la cual el único objetivo debería ser, ser feliz, pero la sociedad nos hace bifurcar por callejones que nos dan este saber vivir como un cardiograma , los altos y bajos se acumulan, la gente aparece y desaparece, con el correr de los anos aprendí que las fotografía son las pruebas de haber estado en algún lugar, en un momento preciso, el tiempo de un suspiro, al mismo tiempo tienen el poder de hacernos viajar, de acercarnos, de recortar el espacio temporal de nuestra vida.


Gracias a Astrid, Ester, Marcial, Carmen Gloria por permitirme viajar por los laberintos de la amnesia, gracias por permitirme reencontrarme con mis escombros, por permitirme acercarme a esos grandes ojos verdes…a la sombra del camelio.



Italo Lemus Fara

Fotógrafo de Prensa y Cronista