Wednesday, November 05, 2008

BENDITO INVIERNO



En la precordillera, la tarde cae siempre mas temprano, el sol emprende el viaje un poco mas rápido que en el resto del planeta, la razón puede ser muy cientifica, pero es como la vida, cuando envejecemos nos parece que el tiempo apura el paso.


Esa tarde de agosto dirijo mi cansada humanidad hacia la vieja estación , olvidada de los trenes, solo la carga pasaba por allí, los humano la habían abandonado un mediodía cualquiera, sin elogios ni homenajes, había quedado tirada solo como un cadáver mas del avance tecnológico, salvo que aun guardaba sorpresas, sobre todo a mí.


Detrás de sus andenes vacios y sus rectilíneo rieles, existía un terreno de juego y en él una cancha de basquetbol, donde durante algunos días de la semana se reunían sonadores de All Star, a practicar uno de los deportes mágico que existen: Basquetbol.


Durante algún tiempo de mi vida, pratiqué ese déporte, pero como calentar la banca nunca tubo nada de exitante, decidi pasar al otro lado, me transforme en arbitro, algunos diran saquero, otros diran que era un arbitro justo, pero logre sobrevivir al interior de esta cofradia, digamos de paso, que los candidatos no sobraban, pero era una manera de estar cerca del déporte favorito y no morir oxidado.


Esa noche de agosto era brutalmente agresiva, a cada respiracion una nube de vapor se escapaba del cuerpo, la humedad traspasaba mi poncho aventurero, ese que hoy trona en mi salon. No sospechaba que los eventos de esa noche cambiarian por siempre mi vida, que en el fragor de la batalla, no solo habrian ganadores y perdedores, sino que la primavera llegaria antes, que las rivalidades se tranformarian en amores, que los improperios se volverian gestos de ternura, en fin, que el sol saldría mas temprano.


Mi silbato resono en la noche, marque una falta,y recibo de vuelta, un improperio, o muchos y una mirada asesina, la mirada asesina mas subyugante de mi corta vida, en el espacio de algunos segundos, esa mirada se tranforma en un balon que se dirige en mi direccion a toda velocidad , imposible de evitarlo, la curiosidad es que el impacto del susodicho balon , fue menos fuerte que el impacto que produjo en mi vientre la agresora , resultado, expulsion y cita al Comite de Disciplina, yo que soy un enemigo jurado de todo tipo de comite, acepte bien asistir a esta cita.

La agresora quiso defenderse, pero yo estaba alli, y no pudo salir indenme, creo que fue la unica vez que gane un enfrentamiento con ella.


A partir de alli, me volvi paciente como la tierra, esperaba encontrarla cada dia, estudiaba sus horario para pasar por alli de manera accidental, una invitacion a un cafe aceptada, y el torbellino de mi vida partio, los sentimientos eran avasalladores, mis dedos se perdian por entre las colinas vaporosas de su espalda,y la hiedra que ornaba mas arriba, me acerque a la poesia, me acostumbre a pasar las noches de invierno en vela, me enamore del desierto y aun no lo abandono, comence a ser menos cartesiano, sonar un poco mas, reir a carcajadas, rasgear una guitarra, entonar un canto, a filosofar sobre todo y nada, conocer y querer a Fallacci (aun cuando deje de amarla despues). La tierra florecio, bendita tierra, bendita flor.


Y el invierno se me vino encima, voraz, el amor se ausentaba por dias enteros, caminaba por callejones obscuros, sin rumbo , deje de jugar, me perdi en la inconciencia, cai en un coma infernal, y me desperte una tarde con mi alma completamente vendida al diablo. Los ojos, de esa noche de agosto, se posaron en mi, primero con incredulidad, luego con pena, con ira y partieron para no retornar hasta algunos siglos mas tarde en que me la encontre en una esquina desertica, con una llareta enredada en su pelo, creo que eran las 3:32 de la madrugada, el aroma salino de su desertica piel se introdujo por cada poro libre y volvi a agosto… en febrero.


Es cierto, todo cambia, el tiempo se encarga de hacerte mas pesado, se encarga de pintar tu pelo, se encarga de acortar tu vista, se encarga de recoger los heridos, de enterrar tus muertos, de salir al encuentro de los que vuelven, de hacer la paz con la nostalgia, de pasarte la factura por los danos, de cosechar lo sembrado un dia, de escuchar de nuevo a Neruda,de canturrear a Los Jaivas conduciendo, de caminar por un Santiago menos ensangrentado, de saborear el fruto de una vina en las alturas.

Fue asi, como millones de lagrimas mas tarde, sentado en un anden la vi de nuevo alejarse despacito y me quede con un rio salino que cruzaba mis mejillas, el torrente hizo abstracción de todos los pasantes, me hice tragar por el Metro y desapareci…mi conclusión es que el amor existe y tiene la forma de los maravillosos ojos asesinos del mes de agosto…

Espero con impaciencia otro agosto …


Italo Lemus

Fotografo de Prensa y Cronista

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Es el resúmen más hermoso que he leído de una historia que dejó huellas...A veces, la vida nos regala grandes momentos de felicidad que nos han de acompañar con su permanente recuerdo, hasta el fin de nuestros días.
Siéntete satisfecho porque tuviste la oportunidad de amar y ser amado como nadie podrá contar jamás...sólo ese hecho hace que ambas vidas hayan encontrado su razón de vivir, como dice Víctor Heredia.

3:42 PM  
Anonymous Anonymous said...

Cuánta pasión!!!!, me alegro y me encanta que aún existan personas como tú, que reconoce haber amado con tanta intencidad, crees que algún día se cruzarán estas vidas???nuevamente......
CAriños

12:05 PM  

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