CUATRO MINUTOS
Viernes 23 :30 horas, estoy haciendo algo que no es objetivo, estoy escribiendo con un nudo en la garganta, estoy escribiendo bajo el peso de las imagenes y de la musica, estoy escribiendo mientras aun trato de reconciliar mi respiracion y los latidos de mi musculo cardiaco, estoy siendo sobrepasado por los eventos y me abandono solamente a los caminos recorridos durante dos horas.
Eramos una docena de persona acomodadas en nuestras butacas, mientras algunos leian (los otros) otros observaban (yo), el tiempo avanzaba dejando un pie atras, lento, con esa cadencia que impone un viernes por la noche.
Las luces de la sala se apagan lentamente, presagiando la tempestad, la musica de un piano comienza a invadir la sala, imagenes saturadas, un grano en la pelicula que me hace degustar un tratamiento largo en laboratorio, desfila antes mis ojos un piano que transportan en un camion, direcccion ? una carcel para mujeres, una mujer los acompana, ya con algunos miles de años a cuesta, profesion : profesora de piano.
Una mirada perdida inunda la pantalla, esa imagen ya la vi en las fotografia realizadas por Natchway en Rwuanda, en Bosnia, es la imagenes de los muertos en vida, mirada llena de sufrimientos pasados y presente, una mujer joven quema un cigarrillo, el humo dibuja arabescos entre los rayos de luz que se infiltran en su celda, un cuerpo hace las veces de un pendulo… alguien que decidio bajarse del mundo.
Cuatro minutos, conociendome como un visceral, son los mas imponentes cuatro minutos de mi corta o ancha existencia, el tiempo se detuvo en cada esquina de mi recorrido, un tiempo estuvo bajo un parron, un otro en un desierto florido , en una cima nevada, en un cementerio donde reposan las almas gemelas, en una playa solitaria, en un bosque de coligues, en una linea trazada en un mapa, en una cancion escuchada a la orilla del mar, en un suspiro, en un te amo,en un nunca mas, en un hasta asiempre, en un adios, en un grito de espanto, en un llanto de recien nacido, en un desaparecido aparecido, en un exiliado acongojado y en tanto otros cuatro minutos.
Yo creo que hay obras que son capaces de restregar la vida en toda su plenitud, cuatro minutos es una de ellas, no te déjà impasible, ni siquiera te déjà con un gusto amargo, es un canto de libertad en la miseria humana, es un canto de libertad que triunfa sobre la bestialidad humana, la cual sabemos, no tiene ningun limite, pruebas?, una lista o solo algunos ejemplos?, Irak, Iran, Sierra Leona, La Araucania, Darfour, la verdad es que me faltaria espacio .
Si, es verdad, me vendi a Cuatro Minutos, y yo no creo que haya existido otro camino, Cuatro Minutos es un impacto en pleno plexo, en la pelicula no hay terminos medios, no hay medios dias, es, creo una leccion de vida…aprendida a la dura.
Italo Lemus
Fotografo de prensa y cronista.
Viernes 23 :30 horas, estoy haciendo algo que no es objetivo, estoy escribiendo con un nudo en la garganta, estoy escribiendo bajo el peso de las imagenes y de la musica, estoy escribiendo mientras aun trato de reconciliar mi respiracion y los latidos de mi musculo cardiaco, estoy siendo sobrepasado por los eventos y me abandono solamente a los caminos recorridos durante dos horas.
Eramos una docena de persona acomodadas en nuestras butacas, mientras algunos leian (los otros) otros observaban (yo), el tiempo avanzaba dejando un pie atras, lento, con esa cadencia que impone un viernes por la noche.
Las luces de la sala se apagan lentamente, presagiando la tempestad, la musica de un piano comienza a invadir la sala, imagenes saturadas, un grano en la pelicula que me hace degustar un tratamiento largo en laboratorio, desfila antes mis ojos un piano que transportan en un camion, direcccion ? una carcel para mujeres, una mujer los acompana, ya con algunos miles de años a cuesta, profesion : profesora de piano.
Una mirada perdida inunda la pantalla, esa imagen ya la vi en las fotografia realizadas por Natchway en Rwuanda, en Bosnia, es la imagenes de los muertos en vida, mirada llena de sufrimientos pasados y presente, una mujer joven quema un cigarrillo, el humo dibuja arabescos entre los rayos de luz que se infiltran en su celda, un cuerpo hace las veces de un pendulo… alguien que decidio bajarse del mundo.
Cuatro minutos, conociendome como un visceral, son los mas imponentes cuatro minutos de mi corta o ancha existencia, el tiempo se detuvo en cada esquina de mi recorrido, un tiempo estuvo bajo un parron, un otro en un desierto florido , en una cima nevada, en un cementerio donde reposan las almas gemelas, en una playa solitaria, en un bosque de coligues, en una linea trazada en un mapa, en una cancion escuchada a la orilla del mar, en un suspiro, en un te amo,en un nunca mas, en un hasta asiempre, en un adios, en un grito de espanto, en un llanto de recien nacido, en un desaparecido aparecido, en un exiliado acongojado y en tanto otros cuatro minutos.
Yo creo que hay obras que son capaces de restregar la vida en toda su plenitud, cuatro minutos es una de ellas, no te déjà impasible, ni siquiera te déjà con un gusto amargo, es un canto de libertad en la miseria humana, es un canto de libertad que triunfa sobre la bestialidad humana, la cual sabemos, no tiene ningun limite, pruebas?, una lista o solo algunos ejemplos?, Irak, Iran, Sierra Leona, La Araucania, Darfour, la verdad es que me faltaria espacio .
Si, es verdad, me vendi a Cuatro Minutos, y yo no creo que haya existido otro camino, Cuatro Minutos es un impacto en pleno plexo, en la pelicula no hay terminos medios, no hay medios dias, es, creo una leccion de vida…aprendida a la dura.
Italo Lemus
Fotografo de prensa y cronista.
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