Saturday, April 18, 2009

 

 

ANTES DE MORIRNOS

 

 

 

Antes de morirnos , un pequeño pedazo de frase que tuvo el efecto de una bomba en mi conciencia, frase que fue pronunciada por uno de mis primos, Luís Humberto, con el que por la gracia del net, he retomado contacto, después de estar desaparecidos el o yo por cerca de quinientos inviernos, su frase tenia relación con el problema de la ausencia  repetida  que nos pone en la sombra, cada uno de nosotros hemos llevado una vida diferente , casi ignorada, casi invisible, aun así, pertenecemos a esa categoría rara que da la naturaleza, no somos amigos y solo nos conocemos , y menos desconocidos, somos miembros de un mismo clan, porque es así,  lo queramos o no, y los clanes no desaparecen, hasta a veces hacen historia.

 

Un domingo cualquiera en alguna parte de mis siete u ocho o nueve años, día de visitas, salida con mis padres, mis padres me encuentran impaciente, yo lo estoy, la destinacion de hoy y como tantos otros domingos , la casa del tío Alfredo, la casa de Maria Cristina, Carlin, y el Wato, al final de la calle Portales, allá donde comenzaba el camino a la gruta, existe aun ?.

 

Antes de salir, mi madre me  leía la lista de cosas  que no había que hacer, no gritar, no correr, lavarse las manos antes de comer, saludar a los tío en buena forma, no tocar  nada y sobre todo, no te ensucies !!!!!, hey Ma…mi tío tiene un  taller mecánico, por lo que lo ultimo era casi imposible de cumplirlo, y luego lo que podía hacer, la lista no era muy larga, jugar tranquilo sin molestar. Demás esta decir que yo tenia mi propia lista y que muy pocas cosas de la lista de mi madre se encontraban en ella, además de contar con la complicidad del tío Alfredo contábamos con un terreno de juego excepcional, un taller mecánico para nosotros solos una tarde de domingo, la jornada se terminaba  con el corazón hinchado de placer, no éramos niños aseptisados y creo que nos quedamos así, tanto mejor.

 

Los días se sucedían, las visitas también, una gran casa con un gran patio, una galería con baldosas roja, dos entradas una por la Calle  Esmeralda, con una curiosidad, no había vereda, y la otra por Mackenna,muchas, pero muchas plantas, los habitantes ? el tío Doro y su prole, Marcelo,Willy, Jesica y Luis Humberto,  yo me tenia con el que estaba mas cerca de mi edad, Marcelo, los otros eran mayores y estaba el bebe, hoy ya no tan bebe, a veces las tardes se iban con las historia de bomberos y héroes, me gustaba ver las medallas ganadas por el tío bombero, impresionado de verlo durante los desfiles caminar al del  carro de bombero,conduciendo, según yo, con su mente febril, era mi héroe nacional.

 

La casa se alargaba hacia Ortiz de Rozas, un portón nos cortaba la ruta por Vicuña Mackenna, en la esquina estaba el negocio, por el lado de Portales  la entrada de la casa, una casa llena de misterios, sus propietarios, gente con orígenes orientales, un misterio aun mas grande, nuestras tardes se pasaban de manera ociosa bajo los paltos, con Julin nos fuimos armando historias de futuro, leímos los comics del momentos, hasta tuvimos tardes de cine, en el Kon-Tiki, nos imaginamos ser El Santo y todo el tralala, anos mas tarde ese patio nos cobijaría después de un terremoto, la generosidad de la tía Olga, se dejaría caer sobre todos aquellos que necesitaban una mano y si en el cielo hace frió, es muy probable que este con mi vieja en tren de tejer algunos chalequitos, como lo hacían sentadas al sol durante el invierno liguano.

 

En otras oportunidades, mi viaje comenzaba muy temprano, un viaje que me llevaba cerca de la cima, 07:00, la bruma comenzaba a levantarse , la ciudad se estiraba, septiembre nos humedecía la tierra, mi tío Raúl pasaba a buscarme, nos dirigíamos al Aeródromo La Quintrala, mi excitación aumentaba, esa mezcla de olor a bencina, hierba matinal, tierra mojada, era un signo de libertad, muchos consideraban al tío Raúl como un excéntrico, no lo era, simplemente consideraba que la vida era un sueño, que la vida no se terminaba, que podíamos eternizarnos según las huellas que dejábamos, y tenia razón y la tiene aun, con el aprendí a romper las reglas, a ser menos disciplinado, a ser curioso, a querer a Asimov, a Verne.

 

El ritual de sacar del hangar el viejo Aeronca (lobito) y el flamante rojo PA-18 (pájaro loco), era empujar mis propias alas, los vuelos que efectué con el me hicieron comprender el verdadero sentido de la palabra libertad, volar sobre el océano pacifico, efectuar un vuelo razante sobre las playas, entrar por las quebradas, y todo al limite de la legalidad aeronáutica, la verdad es que era la ilegalidad.

 

Con otros primos vivimos diferentes épocas,  y quiero insistir, ello no pertenecen a ninguna categoría  otra que el ser portador de  un gen depositado hace mil anos.

 

Hoy me he detenido a pensar en, Julin, Marcelo, Raulillo, Sandra, Lita,Patricia, Willy, Jesica, Viviana, Nancy, Cristina, Nono, Choche, Tito, Pelusa, Nano, Maria Cristina,  todas las Nenas, Carlin, Toto, Gonzalo, Lalo , Herman, Maria Isabel, Carmen, Luis Humberto, Hugo, Alicia, todas las Cristinas,  Humberto, Adriana, Vicente, Wato

 

Hoy, al alba de mis titantos y al ocaso de mi  trajinada vida,  tengo la seguridad que no han cambiado, tengo la seguridad que su caminar los ha hecho cada vez mejores, son mis primos!!!, son el clan, son la historia.

 

Italo Lemus

Fotografo de Prensa y Cronista

 

 

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