JACARANDA


Una parte de la existencia de mil sonrisas y destinos , pasaron a la sombra de los Jacarandas, mil historias se tejieron entre las ramas de los viejos guardianes de Goenechea, esos viejos troncos retorcidos que nos hacian compañía en nuestro cotidiano caminar, fueron testigos de nuestro eterno remar contra la corriente, nos escucharon quejarnos de nuestras detestables materias, nos vieron planificar los pequeños golpes de estado de la asociacion de estudiantes, nos escondieron durante nuestro pasaje a la historia, por habernos tomado el Liceo,y como si fuera poco, arrimados a esos viejos troncos arrugados,aprendimos tambien nuestras primeras lecciones de amor.

Durante lo cortos días de invierno, la salida de clases se transformaba en una larga procesión de sombras , los arboles se convertían en cómplices de los malsanos ataques de horror lanzados contra nuestras compañeras de clase, Angela y Patricia sufrían (perdón!!!). También eran cómplices de los que retardaban la salida para encontrarse a solas con sus amores tempraneros y a veces me pregunto, cuantas veces se susurraron al oído: «porque te quiero tanto», o bien «te amare toda la vida», entre las fantasmagóricas sombras, palabras que a veces duraban el tiempo de una lluvia o de un semestre, algunas quizas duraran toda una vida.

Photo Italo Lemus Veas

Septiembre colgaba miles de lagrimas azules en cada jacaranda, los días se alargaban, la fiesta del liceo se nos colgaba al cuello, y como en la verdadera vida, los votos eran importantes, cuantas trampas vimos pasar, nuestra princesa era la más bella, hubo una en particular, Melania Zamora, no ganamos, en fin , en el umbral de su casa vimos pasar a la nueva reina,su nombre?, lo siento, tengo un corto circuito en la memoria. Ustedes lo saben tan bien como yo la vejez no perdona, y por eso escribo para que mi memoria senil no me abandone.

Y si alguna vez por simple coincidencia pasan por la calle Goenechea, detenganse unos instante, y callen, simplemente dejen que la obscuridad roce vuestra piel y escuchen,simplemente…escuchen, desde el fondo del antiguo Liceo escucharan venir como un estruendo avasallador, una algarabía lejana, risas, llantos, arengas casi políticas, muchas preguntas y pocas respuestas, cantos de lejanía, hasta escucharan la batalla por un amor entre un brazo torcido, hoy profesor y un espigado basquetbolista, hoy, concejal municipal. Saben? todo ese ruido que escuchan, son nuestras almas que retornan a jugar entre el canal y los jacaranda y si tienen suerte, verán como la magia de los ojos de Viviana, hacen florecer a todos los Jacarandas del universo, o verán a Jito Aguilera en un inflamado discurso filosófico, era él, el que pedía un café para Platón.

Cada vez que regreso, me escapo en la madrugada, con un sol naciente como cómplice, para escuchar…simplemente escuchar, y como no soy egoista, este universo lo comparto con Ud.

La proxima vez, lo hacemos juntos?

Italo Lemus
Fotografo de Prensa y Cronista