ERRANTE
Dia?, 31 de diciembre 2006, hora ?, 23 :45, lugar ?, Montreal, me ancuentro montado en las ancas del año 2006, el trafico esta en su apogeo, voy a un encuentro entre amigos para recibir el nuevo año, ya es un buen comienzo.
La noche esta fria y humeda , el mercurio marca -15 grados celsius, la humedad se infiltra entre mi ropa, traspaza mi carapazon y me hace caminar mas rapido, como para alejarme de lo que ya quedo atras.
2006, un año cargado de eventos y la emociones que venian con ellos, reencuentros anhelado, corazones compartidos, manos ilegales de locas geografias susurros sumergidos en valles siderales, bañadas en lo alto, promesas insanas, proposiciones deshonestas aceptadas, en fin, un mundo de correrias de mi habitual delincuencia, solo atrapadas por mis sistoles y diastoles.
En febrero deje la mano de un niño, para acompañar a un hombre a la vuelta de la esquina de su vida, mientras el amor desbordaba por todos los canales de Goenechea, una noche de charla y poesia. El tiempo me jugo una mala pasada, una promesa deje de lado y el viento me arranco otro jiron de mi piel, el camino se hace cuesta arriba.
Los frutos de mis frutos , revolotearon a mis pies, indagaron, tocaron, preguntaron, rieron, lloraron, se liberaron, su inocencia me conquisto, su inteligencia me fascino, los segui paso a paso, en cada una de sus escapadas y me rendi ante la magia de mis nietos, asi como me he rendido tantas veces ante los ojos inquisidores de su madre, me rindo por amor!, asi...simplemente.
Ese febrero tambien me sirvio para atravesar ese muro de greda cocida de mi infancia, y dar un abrazo largo y duradero, que se extendio por miles de avenidas, se entrelazo con las algas alla en Pichidangui, reboto en Papudo y termino en Santiago, y algunas palabras mas tarde, nuevamente el silencio tomo posesion del lugar...que paso?, no lo se.
De ese periodo ya conte una parte y no volvere a hacerlo, el resto?, lo de siempre un verano nordico, jazz, musica, trabajo, teatro cine, fotografia, y bla...bla...bla...
Hasta hoy, 23 :55, la gente se apega a aquellos que quieren abrazar primero, yo, encerrado en el cubiculo de mi auto ausculto cada gesto, la gente esta feliz, y me pregunto de que?, del año que se va? o porque uno nuevo llega, el que se fue tuvo su lote de felicidad? su lote de tristeza?, demasiados muertos?, amores terminado?, cada uno de ellos lo sabe. Es media noche, los fuegos artificiales asi me lo anuncia, y Serrano me dice que" nada es igual y que tengo la pena del viajero que regresa".
Dos copas mas tardes y me encuentro postrado ante una mano generosa, un beso sella las presentaciones y el tiempo se arremolina ante un huracan venido del sur, una mirada de medianoche me envuelve, mi espalda recibe una descarga electrica, los sentidos se niegan a obedecer, el que vive entre sol y tinieblas se encabrita, el aire se enrarece, es como si el mismisimo Aconcagua se ha instalado entre mi respiro nordico y mi cartesiano caminar.
Basto un poco de pimienta de cayena y la noche se hizo ancha y profunda y aca estoy rondando por cada esquina de este nuevo año con un espanto en el corazon y una cabellera oscura y profunda como la noche entre mis dedos, con una lluvia como complice de este andar que se anuncia lejano...quizas no tan lejano.
Italo Lemus
Fotografo de Prensa y Cronista
Dia?, 31 de diciembre 2006, hora ?, 23 :45, lugar ?, Montreal, me ancuentro montado en las ancas del año 2006, el trafico esta en su apogeo, voy a un encuentro entre amigos para recibir el nuevo año, ya es un buen comienzo.
La noche esta fria y humeda , el mercurio marca -15 grados celsius, la humedad se infiltra entre mi ropa, traspaza mi carapazon y me hace caminar mas rapido, como para alejarme de lo que ya quedo atras.
2006, un año cargado de eventos y la emociones que venian con ellos, reencuentros anhelado, corazones compartidos, manos ilegales de locas geografias susurros sumergidos en valles siderales, bañadas en lo alto, promesas insanas, proposiciones deshonestas aceptadas, en fin, un mundo de correrias de mi habitual delincuencia, solo atrapadas por mis sistoles y diastoles.
En febrero deje la mano de un niño, para acompañar a un hombre a la vuelta de la esquina de su vida, mientras el amor desbordaba por todos los canales de Goenechea, una noche de charla y poesia. El tiempo me jugo una mala pasada, una promesa deje de lado y el viento me arranco otro jiron de mi piel, el camino se hace cuesta arriba.
Los frutos de mis frutos , revolotearon a mis pies, indagaron, tocaron, preguntaron, rieron, lloraron, se liberaron, su inocencia me conquisto, su inteligencia me fascino, los segui paso a paso, en cada una de sus escapadas y me rendi ante la magia de mis nietos, asi como me he rendido tantas veces ante los ojos inquisidores de su madre, me rindo por amor!, asi...simplemente.
Ese febrero tambien me sirvio para atravesar ese muro de greda cocida de mi infancia, y dar un abrazo largo y duradero, que se extendio por miles de avenidas, se entrelazo con las algas alla en Pichidangui, reboto en Papudo y termino en Santiago, y algunas palabras mas tarde, nuevamente el silencio tomo posesion del lugar...que paso?, no lo se.
De ese periodo ya conte una parte y no volvere a hacerlo, el resto?, lo de siempre un verano nordico, jazz, musica, trabajo, teatro cine, fotografia, y bla...bla...bla...
Hasta hoy, 23 :55, la gente se apega a aquellos que quieren abrazar primero, yo, encerrado en el cubiculo de mi auto ausculto cada gesto, la gente esta feliz, y me pregunto de que?, del año que se va? o porque uno nuevo llega, el que se fue tuvo su lote de felicidad? su lote de tristeza?, demasiados muertos?, amores terminado?, cada uno de ellos lo sabe. Es media noche, los fuegos artificiales asi me lo anuncia, y Serrano me dice que" nada es igual y que tengo la pena del viajero que regresa".
Dos copas mas tardes y me encuentro postrado ante una mano generosa, un beso sella las presentaciones y el tiempo se arremolina ante un huracan venido del sur, una mirada de medianoche me envuelve, mi espalda recibe una descarga electrica, los sentidos se niegan a obedecer, el que vive entre sol y tinieblas se encabrita, el aire se enrarece, es como si el mismisimo Aconcagua se ha instalado entre mi respiro nordico y mi cartesiano caminar.
Basto un poco de pimienta de cayena y la noche se hizo ancha y profunda y aca estoy rondando por cada esquina de este nuevo año con un espanto en el corazon y una cabellera oscura y profunda como la noche entre mis dedos, con una lluvia como complice de este andar que se anuncia lejano...quizas no tan lejano.
Italo Lemus
Fotografo de Prensa y Cronista